Ante la intolerancia
cívica se ha creado
El Manual del Arrecho
Venezuela dejó de
ser una nación para convertirse en un campo de batalla.
Cualquier
escenario es propicio para utilizar cualquier arma que tengamos a la mano.
Digno de una pelea épica, las palabras sustituyeron a las espadas y la muerte
es el resultado indigno de conflictos sin justificación.
CARMEN CERMEÑO – CNP. Vivimos en un país donde el respeto por
las normas civiles y hacia nuestros compañeros se ha perdido totalmente. A 159
años de la publicación del Manual_de_Carreño,
un texto referente a la etiqueta y buenas maneras, escrito por el venezolano
Manuel Antonio Carreño Muñoz, las enseñanzas que conversamos de él, son
casi nulas.
Las normas de tránsito, el
cuidado del ambiente y la cortesía han pasado al olvido. La intolerancia se ha convertido en la
política mandante en Venezuela, convirtiéndose en una jungla de concreto, donde
sólo sobrevive el más fuerte, el que más grite y el que pega primero, como
decimos coloquialmente “el más arrecho”.
La poca tolerancia ha llegado a niveles
inverosímiles, hasta el punto que los ciudadanos hemos llegado a leer titulares
como: LO-MATAN-DE-BALAZO-POR-ABSURDA-RIÑA-CON-FUNCIONARIO.
Constantemente hay un pase de
responsabilidad por la violencia, entre los dos bandos políticos más
importantes del país: El Oficialismo y
la Oposición, pero nadie asume formalmente la culpa.
Desde el
2008, ha resultado casi imposible que los medios
de comunicación obtengan cifras oficiales de números de venezolanos
asesinados cada año, pues el Ministro
del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia, Tareck_El_Aissami se
ha negado a ofrecerlas. Ese mismo año, el periódico Últimas Noticias realizó una infografía llamada Mapa-del-delito, especificando las
zonas más peligrosas de Venezuela. Para el 2011, las cifras eran
alarmantes, según el Observatorio
Venezolano de Violencia, con un informe
sobre los homicidios ejecutados en ese período. Esta semana, el medio impreso El Universal publicó el artículo: 52-asesinatos-diarios-en-primer-semestre,
donde se afirma que a mitad del 2012, han muerto más de 9000 venezolanos,
producto de la delincuencia. En una reciente entrevista en el canal de noticias
Globovisión, el abogado Fermín Mármol García afirmó que Venezuela-está-en-sitiales-de-inseguridad-que-nos-hacen-sentir-penas.
Para nuestro
pesar, los venezolanos siempre hemos tenido un país muy violento. Todos
recordamos la famosa canción de Desorden
Público, Valle de Balas
que nos reflejaba la situación delictiva de la capital, Caracas. Pero aunque la letra
tiene más de 20 años sonando en nuestras cabezas, en la Venezuela del 2000, se
ha convertido en un segundo himno nacional.
Los orígenes de tanta agresividad son diversos. Cada aspecto
de la sociedad apunta un diferente
causal: la falta de autoridad, el número
de armas en manos de civiles y la falta de educación en el seno familiar.
Expertos nos
señalan constantemente cómo lidiar con estos males como el canal Venevisión con su campaña El Buen Venezolano. Diferentes
gremios como el de los artistas, se han manifestado a través del blog Dale un parao/ donde
hicieron un comunicado de esta terrible situación que nos atañe a todos. Iniciativas como @NoTeEngoriles y @ProyectoWon, buscan combatir
de manera creativa la violencia, y propagar un mensaje de armonía. Renatto
Colaccio, creador del Proyecto Won/,
compartió el motivo que lo llevó a crear esta iniciativa y su meteórico ascenso
en tres meses.
Colaccio es uno de los muchos familiares que han
sentido la tragedia en casa, pero en lugar de conformarse con la justicia o
buscar la venganza, decidió tomar la Paz
en sus manos. Es grato y a la vez lamentable, que sean los medios de
comunicación, y los mismos ciudadanos quienes a falta de respuestas de las instituciones
y el Gobierno, han buscado ellos
mismos como protegerse de tanta agresividad.
Todos hemos escuchado de parte de un mismo
compatriota: “Sólo en Venezuela la gente
se porta así, en otro lado no pasa eso”. Lamento decepcionarlos, pero la
falta de civismo está en todo el planeta. La diferencia es que en los famosos países
del Primer_mundo hay
leyes que castigan esos comportamientos, para tener una sociedad más armoniosa.
En Venezuela este comportamiento se ha convertido en un modo de vida. Cualquier
persona que esté en oposición a estas afirmaciones, es bienvenido a aportar su
grano de arena para cambiar esto. Dejemos la falsa creencia de que solo
sobrevive el más fuerte, y adoptemos el pensamiento de Settembrini: “La forma más segura de acabar con el mal, es
construir el bien”.
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